sábado, 22 de agosto de 2009

Reconstruction

Una especie de mago aparece al principio del film y me pregunto cual es su significado. Mientras, una voz en off comienza a narrarnos una historia - "Empezemos así, no es el comienzo" nos dice - donde un hombre (Alex) entra a un bar y ve a una hermosa mujer (Aimée). ¿Se conocen?. ¿Es esto el principio o el final?. El hombre se acerca a la mujer y le pregunta "¿vienes conmigo a Roma?". La voz en off concluye "Se que no debo mencionarlo. Esto es un film, una reconstrucción, no obstante, duele".

"Reconstruction" (2003), dirigida por Christoffer Boe es una flamante película donde la magia está presente todo el tiempo. Con un montaje tan bello como poético, es una obra tan onírica que hasta los personajes creen estar viviendo un sueño - "se que eres mi sueño y que yo soy el tuyo" le dice Alex a Aimée - en medio de los bares y calles de Copenhague. Alex es fotógrafo y tiene una novia llamada Simone -con un extraordinario parecido a Aimeé - mientras Aimée es la esposa de un exitoso escritor llamado Auguste. El primer encuentro de los amantes ocurre en un andén del Metro, donde tanto Alex como Aimée se quedan observando a un mago - el mismo que aparece al principio del film y que después nos damos cuenta que se trata de una metáfora -. En un momento sus miradas se cruzan - creo que esa escena es tan notable como lo son los memorables encuentros de los personajes de Jude Law y Natalie Portman en "Closer" y de Brad Pitt con Claire Forlani en "Conoces a Joe Black" - y desde ahí todo se vuelve confuso, tanto para los propios personajes como para nosotros, en una construcción que por momentos tiene aires lyncheanos pero que está sumergida todo el tiempo en una atmosfera muy intimista, clásica en su esencia pero innovadora en su forma.

Lo inevitable ocurre y el deseo entre Alex y Aimeé se hace carne. Auguste descubre el affair de su mujer pero no dice nada. ¿Porqué parece que sabía con anticipación lo que ocurriría?. A poco andar descubrimos que es el propio Auguste el que va construyendo - ¿0 destruyendo? - en su novela la historia en torno a los amantes que se encuentran y desencuentran. Mientras Alex trata de seguir paralelamente con su vida su casa ya no existe, sus amigos, novia y familia no lo conocen y su desconcierto es total ¿Acaso todo es realmente un sueño?. ¿Acaso Aimeé no existe?. En una ultima cita, Alex llega tarde y pierde a Aimée. Acto seguido se reencuentran pero Alex duda ¿Acaso se reencontraron de verdad?. Luego se ve que Aimée va tras Alex - si voltea ella desaparecerá nos advierten - hasta que él voltea y ella ya no está. La mujer se ha ido. La risa se ha detenido. Pero el hombre sigue allí. Totalmente solo.

Tal como en las películas de David Lynch, con "Reconstruction" podríamos hacer miles de especulaciones sobre los motivos de Boe para hacer el film o del mensaje que nos quiere entregar. Como sea, lo cierto es que sabemos que la vida sólo se trata de tomar decisiones - buenas o malas - y que esas decisiones nos marcan para siempre. Dudar por un segundo en hacer o decir algo puede marcar la diferencia entre nuestra felicidad o el absoluto fracaso. ¿Acaso existe alguien que no esté arrepentido de algo que tuvo la oportunidad de hacer pero que no hizo?. La magia de la vida - y por supuesto del amor - esta al otro lado de nuestras decisiones. Saberlo y no aprovecharlo - tal como en este film - sólo duele.

sábado, 15 de agosto de 2009

Lluvia, música e inspiración.

Llueve intensamente en Santiago y en la radio suena un tema del ex lider de Soundgarden Chris Cornell. No conozco el nombre de la canción pero no importa, porque lo que vale en este momento es el fondo, no la forma. Tal como me pasa con las películas, existen momentos y momentos para escuchar una canción o un disco completo y la lluvia siempre me inspira a ello. Gracias a mi colección de cd's - y también de mi orgullosa y clásica colección de cassettes - mis posibilidades de elección son infinitas.

Los ánimos que me trae la lluvia de esta mañana me llevan de vuelta a Soundgarden con el flamante álbum Superunknown con temas como el oscuro "Fell On Black Days" y el intenso "The Day I Tried To Live" - uno de los temas más ilumidamente depresivos de la era grunge -. Me llegan tambien las imágenes en blanco y negro de los videoclips de otros temazos de la misma era como "Creep" de los Stone Temple Pilots, la hermosura de "Disarm" de los Smashing Pumpkins y por supuesto el exquisito "High and Dry" de Radiohead. Es así que discos de los '90 para sumergirse por completo esta tarde serían Automatic For The People de R.E.M - "Drive", "Everybody Hurts", "Man On The Moon" -, The Bends de Radiohead - "Fake Plastic Trees", "(Nice Dream)", "Street Spirit"- y Urban Hymns de The Verve - "Bitter Sweet Symphony", "Sonnet", "Lucky Man"-.

La lluvia sigue y pienso también en la música de David Sylvian donde su álbum Dead Bees On a Cake - con temas como "I Surrender" y "Wanderlust" - es un excelente aperitivo y desde ahí es inevitable pasar al jazz. Es que el tempo del jazz parece reflejar el ritmo con que cae la lluvia a veces suave, otras veces mas intensa y el saxo es un instrumento que nos transporta siempre a otro lugar. El hipnótico In a Silent Way (1968) de Miles Davis o su Kind of Blue - del cual hace poco se cumplieron 50 años con una edición especial- son perfectos como también lo pueden ser inmurables otros clásicos del jazz como Charlie Parker, Dizzy Gillespie , Ornette Coleman o Thelonious Monk.

De repente la lluvia para y es el preciso momento de escuchar el grandioso Astral Weeks (1968) de Van Morrison - cuyo cassette encontré algunas años atrás en un cajón de descuentos -. La pureza con que Morrinson interpreta cada tema del disco es una dosis de pura naturalidad, un folk que nos llena el alma. Mas contemporáneos, la camada americana de neo folk liderada por bandas como Smog - con el fabuloso Red Apple Falls a la cabeza -, American Music Club, Lampchop o Giant Sand son los acompañantes para una tarde echados en el sofá junto a una copa de vino.

Va cayendo la noche, miro por la terraza de mi departamento y veo al fin una ciudad limpia que se ilumina por kilometros. Es aquí cuando me invaden las ganas de una buena dosis electrónica: 808 State y su "Pacific State", Orbital con "The Box", The Orb con "Asylum" y Howie B con "Angels go Bald:Too". Sigo escarbando en mis discos y encuentro el Colours de Adam F - un exelente ejercicio de drum's and bass - y el Iaora Tahiti de los alemanes Mouse On Mars. Mi mujer llega, cenamos, y nos vamos a la cama junto a un disco de George Michael. Suenan "Cowboys And Angels" y "Praying for Time". El final de este lluvioso día no podía ser mas perfecto.

viernes, 7 de agosto de 2009

En el camino de Kerouac


Comencé a leer novelas en mis últimos años de universidad, por allá en el 2000. Antes, leer cualquier libro - siempre por temas académicos - me parecía aburrido y sentía que el acto de la lectura estaba reservado sólo para viejos. Mi apetito por los libros fue resultado de un proceso que se gatilló más o menos como sigue. Ocurrió que la potente "Born to Be Wild" del grupo Steppenwolf, me llevó a ver la película "Easy Rider" (1969) de la cual formaba parte en su banda sonora. Dirigida por Dennis Hopper y protagonizada por él mismo, Peter Fonda, y Jack Nicholson - la leyenda dice que Nicholson era en realidad uno de los productores pero la suerte hizo que debutara como actor -, esta road movie tenía como fuente de inspiración la novela "En el Camino" (1957) de Jack Kerouac. El salto a su lectura fue inmediato. En un par de semanas, me había devorado una novela al ritmo del jazz que me mostró un mundo insospechado. La literatura se había transformado para mí en un mundo fascinante.

Ahora, a casi diez años volví a leerla, pero esta vez en la versión original titulada "En la Carretera. El rollo mecanografiado original". Esta versión mas larga, es la fiel transcripción del texto original que Kerouac escribió a lo largo de tres semanas en 1951. Los nombres de los personajes aquí se descubren con sus nombres reales: Sal Paradise es el mismo Jack Kerouac, Dean Moriarty es Neal Cassady, Carlo Marx es Allen Ginsberg y Bull Lee es William Burroughs. La generación beat en pleno. Los cuatro jinetes de la contracultura. Los hijos de la carretera norteamericana del jazz.

El viaje que Kerouac y compañía emprenden una y otra vez por la América de principios de los '50 y que esta novela retrata a la perfección, es la búsqueda de la identidad de una generación que desea escapar del vacío de la posguerra. Sienten que la vida está allá afuera y que hay que salir a buscarla. Así, la carretera se transforma en la vía de escape de sus emociones, deseos o angustias, que depositan en cada ciudad que visitan o que prometen a cada mujer que conquistan. Cada lugar, cada aventura, contiene algo de la magia que buscan. Los cuartos sucios se transforman en templos y los bares en sitios de peregrinación. El alcohol como catalizador, el jazz como espíritu y el sexo como la vacuna contra la soledad. Unos pocos centavos, algunos kilómetros y una nueva historia.

"De súbito tuve una visión de Neal: un ángel ardiente, trémulo y aterrado que palpitaba hacia mí a lo largo de la carretera, acercándose como una nube, a velocidad meteórica, persiguiéndome como el Desconocido Amortajado, cayendo sobre mí en la llanura. Vi su rostro enorme, su lunático y firme propósito y sus ojos fulgurantes. Vi sus alas. Vi su viejo carro de guerra destartalado, con las miles de llamas vivas que irradiaban de él. Vi el rastro quemado que dejaba en la carretera; incluso iba abriendo su propio camino a través del grano, a través de las ciudades, destruyendo puentes, secando ríos..."

"En el Camino" la gracia está siempre fuera del establishment. Kerouac y sus amigos son los chicos malos, los rebeldes sin causa. El mañana es incierto, pero eso no importa, porque la improvisación es su lema - como en el jazz - y todo lo que tenga que suceder, sucederá. Y así fue escrita, de forma espontánea, por un Kerouac que al ritmo del be bop, plasmó frenéticamente en un rollo de cientos de metros las experiencias que acumuló en sus viajes en búsqueda de la verdad. Esa verdad que se transformó en la biblia de toda una generación.