jueves, 1 de marzo de 2012

The Wall


Cuesta escribir cuando ya ha pasado tiempo, más aún cuando el síndrome de la página en blanco acecha en cada intento. Después de casi un año bloqueado ante el fondo blanco del editor del blogger, la inspiración vuelve con música de fondo que llega de una decena de cuadras y rebota en distintas sensaciones. Lo que suena es el ensayo general de The Wall, concierto que Roger Waters dará por dos noches a partir de mañana en el Estadio Nacional. Es increíble la calidad del sonido a pesar de la distancia y descubrir que el set list es la secuencia perfecta del repertorio del clásico disco de 1979 - ¿hay otro álbum en la historia del rock más clásico que The Wall?- "Mother",  "Goodbye Blue Sky", "Empty Spaces", "Young Lust"....Es inevitable acordarse de las imágenes del film de Alan Parker, con Pink sobreviviendo entre sus muros interiores - sobre todo mientras suena "Don't Leave Me Now" - y del viejo cassette grabado en los '90 que aún tengo y que escucharé al terminar de escribir.

Sumergirse bajo el embrujo de The Wall es una droga que provoca todos los estados posibles y pasa de la depresión a la euforia, de la tristeza a la locura, de la desgracia al éxtasis. Conocí la música de Pink Floyd durante mis primeros años en la universidad en medio de eternas jornadas entre amigos después de varias dosis de Radiohead al llegar la madrugada - ¿acaso Ok Computer no es el primogénito de The Wall? -. La hora gris de la mañana, esa que está justo antes del amanecer, es desde  entonces para mí el mejor momento para las canciones.

El ansia, o mejor dicho el desasosiego, como decía Fernando Pessoa y que está presente todo el tiempo en The Wall, es el cansancio de todas las ilusiones y de todo lo que hay en las ilusiones, como en las guitarras de "Hey You" o "Comfortably Numb" que comienza justo ahora, tremenda, o en las letras de "Nobody Home" ("tengo un fuerte deseo de volar, pero no tengo dónde volar").   Un álbum tan íntimo como éste construye muros, pero lo hace en dirección a la  frontera que separa nuestra vida de la que queremos vivir.    


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