Unsound Methods comienza con las sucias atmósferas de "Incubus", un tema digno para un thriller, seguido del flamante y embriagador "Drifting" - primer single del disco, que por allá en 1997 recuerdo lo emitía el programa Nación Alternativa de MTV -, hasta llegar a la inquetante "Luscious Apparatus". Siempre bajo las oscuras influencias del industrial - se nota por ejemplo el embrujo de bandas como Nitzer Ebb, en la cual Wilder mantiene amistad con su vocalista Douglas McCarthy -, el álbum sigue con la potente "Stalker", quizás su homenaje al surrealista film de Andrei Tarkovski. En "Red River Cargo" parece que estamos ante el lado B de un tema del Songs Of Faith And Devotion de los Depeche Mode, no solo por la voz de Hildia Campbell - presente en la gira Devotional Tour -, sino porque los sonidos y los aires gospell hacen inevitable las conexiones. "Missing Piece" para la secuela perfecta de "Drifting" y el comienzo de la estupenda "Last Breath" parece la profesía del "Teardrop" de Massive Attack, que saldría en 1998 en el álbum Mezzanine. El final de Unsound Methods con el tema "Shunt" es quizás lo más limpio y accesible del disco, a través de samples y teclados con suaves ecos al sonido del Ultra de los Depeche Mode.
Best Keept Secrets es un recopilatorio salido en 2004 que contiene los mejores singles de Lamb y comienza con la áspera "Cotton Wool", seguida de la melódica "God Bless". El tercer corte, "Gold" es sin duda una de sus mejores obras, con un suave drum'n' bass que se confunde entre las secuencias de pegajoso teclado que se magnifica con la llegada de la tremenda "Gorecki" - el tema por el cual los conocí por allá en 1998 - donde la voz de Rhodes se luce con un comienzo fascinante y se sumerge luego en atmósferas oníricas. "Bonfire" es una pieza que se esconde entre sutiles violines y "Heaven" es la más tímida del disco. Lo mejor está en "Gabriel", un tema que brota en terrenos fronterizos al trip hop y "Angelica" es una exquisita pieza instrumental donde el piano es el protagonista. En "Wonder", quizás la más melódica del disco, la voz de Rhodes me recuerda a la Geike Arnaert, la dulce vocalista de Hooverphonic. El álbum termina con "Stranger" un seductor tema de poco más de tres minutos que evoca atardeceres nórdicos, pero que parecen estar muy cerca de aquí.

