
Al preguntarle, que le motiva a producir discos tan experimentales Tricky responde: "Toda la música se está moviendo en esa dirección. La gente ya no quiere escuchar discos sólo de rock, o de hip-hop. La música ha mutado. Por eso, será más duro ser un artista puro de rock, de jungle, o de hip-hop. Yo no estoy interesado en serlo, igual que otros chicos, que sólo querrán hacer música, sin definición". Pero el embrujo se su música se acabaría luego de Angels With Dirty Faces en una mediocre trilogía conformada por la sencillez de Juxtapose (1999), la angustia de BlowBack (2001) y el flojo Vulnerable (2003).
Cuando parecía que teníamos que seguir refugiándonos en Maxinquaye, Tricky reaparece de las sombras 5 años después con el flamante Knowle West Boy (2008) - referencia explicita al barrio de Bristol que lo vio nacer -, donde retorna a sus orígenes: "Si, siempre he dicho que es un retorno al origen, algo que mucha gente entendió como un retorno al sonido Maxinquaye. En realidad no era mi intención...lo que quise decir es que el disco habla de mis orígenes, de mis amigos de la infancia, de cómo se crece en una urbanización de viviendas sociales". Pero aunque Tricky diga lo contrario, al escuchar por ejemplo "Past Mistake" es imposible no volver a su era dorada, álbum donde destacan también el blues de "Puppy Toy", la dulsura de "Cross to bear" y el trip rock de temas como "Slow" y "Far away". Sin duda, la historia continúa.
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