viernes, 16 de octubre de 2009

Dulce criatura nocturna

Déjenme contarles una historia. En un frío pueblo de Suecia, Oskar, un tímido preadolescente de 12 años, es acosado por los matones de la escuela. Cada día, de vuelta a su hogar, sueña con vengarse de todos. Una noche, en medio del parque, repentinamente aparece una niña - llamada Eli - que vive al lado. "No puedo ser tu amiga, así son las cosas" le dice Eli a Oskar, mientras en otro lugar un hombre asesina a otro en medio del bosque para colgarlo y recolectar su sangre. Poco a poco, noche a noche, los chicos se van haciendo amigos hasta que Oskar confiesa que lo maltratan en la escuela, pero que no puede defenderse. Eli entonces promete ayudarlo pero el misterio comienza a inquietar a Oskar, ¿porqué ella sólo aparece de noche?.

En un momento, en que Oskar se corta la mano y le ofrece a Eli que haga lo mismo - como un pacto de sangre -, la verdad se revela cuando ella se lanza desesperadamente al suelo a beber la sangre derramada. Devoradora de sueños, Eli posterga su sed a cambio de un beso, aunque a veces, mira a Oskar con tal fuerza que lo confunde como a una presa. Pero no se equivoquen, esta dulce criatura nocturna no es protagonista de Crepúsculo, ni siquiera esta historia es de vampiros, aunque ella lo sea . Hablo de la hipnótica, íntima y oscuramente bella película del director sueco Tomas Alfredson del 2008 titulada "Let the Right One In".


Esta es la fría e ingenua intimidad de dos preadolescentes en un mundo que no les pertenece, pero que intentan hacerlo suyo a costa de muerte y destrucción. Una complicidad que inunda los rincones más oscuros del alma y que huye de la soledad con una pureza que ilumina cada cuerpo desangrado. Aquí los temores de la juventud se presentan como una oportunidad en la hora más insospechada. Bergman reconfigurado en cine de género: la hora del lobo en clave adolescente.

La dosis justa, en el momento preciso, antes que la heridas se abran. Esto es lo que contiene este film donde las víctimas no son los adultos consumidos, sino un par de chicos que comienzan a explorar los juegos de la vida, en busca de su propia escencia. Una metáfora a la naturaleza del hombre, a los cambios que nos afectan en esa temprana etapa de la vida, en que nos sentimos extraños, diferentes, cuando nuestros cuerpos cambian y afloran deseos insospechados. "Let the Right One In" es eso, más corazón que sangre, la tristeza, el primer beso y el silencio.




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