viernes, 30 de octubre de 2009

Noche, música e inspiración


Me siento en la terraza de mi departamento a contemplar la inmensidad de la ciudad en esta calurosa noche de Octubre. Junto a una fría copa de sauvignon blanc, llevo conmigo algunos discos que me inspiran este momento.

Una suave brisa comienza a correr y pienso en las imágenes del exquisito video clip de ese tema de Chris Isaak llamado "Wicked Game". La pasión y la perfección en blanco y negro. Juegos peligrosos en la arena. La sensualidad en estado puro. Caricias, miradas que penetran y que luego se arrancan. El cielo convertido en una playa con Helena Christensen.



Después de FSOL, encuentro un disco de los Pet Shop Boys y recuerdo que también abundan los juegos peligrosos en "Being Boring". Cuerpos desnudos y mucha espuma. Modelos, artistas, adolescentes excéntricos y animales preparándose para la noche. El baile comienza y será el triunfo de muchos. Otros prefieren quedarse enredados. NewCastle era una fiesta.



Aparece el Listen Without Prejudice Vol. 1 de George Michael y subo el volumen con "Freedom 90". Pies descalsos, mucho vapor y modelos exquisitas. Pasillos y rincones por explorar. La intensidad sube y un wurlitzer explota. La temperatura aumenta y se vuelve fuego. Nadie puede apagar esa pasión que los envuelve.



Un viejo cassette de Whitesnake me trae a las manos un temazo: "Is This Love". Un sensual baile como la mejor arma. El deseo clavado como una espina. Piernas largas que esperan el reencuentro. La noche de un rockero sumergido en la piel de una mujer. Guitarras convertidas en las extensiones de sus cuerpos.



Después de R.E.M, Nick Drake y Jeff Buckley, Peter Murphy aparece entre los discos en el momento preciso de cerrar la noche con el clásico "A Strange Kind of Love". Mágica nostalgia de un pasado. Las miradas que se cruzan por primera vez. El momento en que el deseo se hace carne. Como cuando no queremos que esa locura termine. Cuando la noche es tan perfecta - como ahora - que el amanecer se torna innecesario. No broken hearts.

viernes, 16 de octubre de 2009

Dulce criatura nocturna

Déjenme contarles una historia. En un frío pueblo de Suecia, Oskar, un tímido preadolescente de 12 años, es acosado por los matones de la escuela. Cada día, de vuelta a su hogar, sueña con vengarse de todos. Una noche, en medio del parque, repentinamente aparece una niña - llamada Eli - que vive al lado. "No puedo ser tu amiga, así son las cosas" le dice Eli a Oskar, mientras en otro lugar un hombre asesina a otro en medio del bosque para colgarlo y recolectar su sangre. Poco a poco, noche a noche, los chicos se van haciendo amigos hasta que Oskar confiesa que lo maltratan en la escuela, pero que no puede defenderse. Eli entonces promete ayudarlo pero el misterio comienza a inquietar a Oskar, ¿porqué ella sólo aparece de noche?.

En un momento, en que Oskar se corta la mano y le ofrece a Eli que haga lo mismo - como un pacto de sangre -, la verdad se revela cuando ella se lanza desesperadamente al suelo a beber la sangre derramada. Devoradora de sueños, Eli posterga su sed a cambio de un beso, aunque a veces, mira a Oskar con tal fuerza que lo confunde como a una presa. Pero no se equivoquen, esta dulce criatura nocturna no es protagonista de Crepúsculo, ni siquiera esta historia es de vampiros, aunque ella lo sea . Hablo de la hipnótica, íntima y oscuramente bella película del director sueco Tomas Alfredson del 2008 titulada "Let the Right One In".


Esta es la fría e ingenua intimidad de dos preadolescentes en un mundo que no les pertenece, pero que intentan hacerlo suyo a costa de muerte y destrucción. Una complicidad que inunda los rincones más oscuros del alma y que huye de la soledad con una pureza que ilumina cada cuerpo desangrado. Aquí los temores de la juventud se presentan como una oportunidad en la hora más insospechada. Bergman reconfigurado en cine de género: la hora del lobo en clave adolescente.

La dosis justa, en el momento preciso, antes que la heridas se abran. Esto es lo que contiene este film donde las víctimas no son los adultos consumidos, sino un par de chicos que comienzan a explorar los juegos de la vida, en busca de su propia escencia. Una metáfora a la naturaleza del hombre, a los cambios que nos afectan en esa temprana etapa de la vida, en que nos sentimos extraños, diferentes, cuando nuestros cuerpos cambian y afloran deseos insospechados. "Let the Right One In" es eso, más corazón que sangre, la tristeza, el primer beso y el silencio.




jueves, 8 de octubre de 2009

Ciudades, videos y canciones

La música no sólo responde a emociones, sino también a lugares. Y esos lugares a veces se nos vienen a la cabeza simplemente porque están perfectamente retratados en los video clips de esas grandiosas canciones.

LONDRES. El metro, los clásicos buses rojos y el Big Ben. Tiendas con sus cortinas metálicas cerradas y vagabundos buscando el día. Congestión peatonal en los paseos. Barrios industriales abandonados. El puente Torre sobre el Támesis. Neil Tennant y Chris Lowe caminando por sus calles mimetizados entre la muchedumbre, mientras la niebla aún no abandona la ciudad. West End Girls (1985), Pet Shop Boys.


PRAGA. Callejuelas, el río Moldava, cisnes de cuello blanco. La vieja plaza Staromestske y más allá el gran Castillo. Michael Hutchence atravesando el parque en una fría mañana de otoño. Un saxo suena desde el antiguo cementerio judío. Alguien lo espera en el Puente de Carlos. "Te dije / que podríamos volar / porque tenemos alas ". Never Tears Us Apart (1987), INXS.



BERLIN. La puerta de Brandenburg y la majestuosa Lady Victory. Por allá la Torre de TV. Grandes avenidas que hacen fluir la sangre de una ciudad que se vuelve a levantar. Interminables bloques de departamentos. Bono y otros ángeles caídos observando a los hombres y mujeres que se recuperan poco a poco de las heridas de una época. "Sólo el golpe y el estrépito / cuando un ángel se estrella contra el suelo". Stay (Faraway So Close) (1993), U2.




NEW YORK. Grandes avenidas. Tráfico. Una mañana cualquiera en busca del periódico. Barrios sucios, grafittis y paranoia. ¿Calles sin salida?. Bowie escapando de Reznor. Rostros sospechosos y niños jugando. Otra vez la persecución. NYC Taxi. Cae la noche en la ciudad y con ella la locura parece desaparecer. Johnny's in America. I'm Afraid Of Americans (1997), David Bowie.