jueves, 11 de junio de 2009

Esas grandiosas canciones de los 80 (II)

Si pensamos en las mas grandiosas canciones de pop electrónico de los '80, no sólo Depeche Mode se nos viene a la cabeza. Con una lista interminable, la esencia de todo fue el oscuro sonido de los teclados de la new wave. Aquí aparece a principios de esa década la banda inglesa Human League con el hipnótico "Don't you want me", electrizante single salido de Dare (1981), el más exitoso álbum de la banda.



Por esos mismos años, mientras Human League electrificaban su oscura imagen a través de melódicas canciones pop, sus compatriotas de OMD - abreviatura de Orchestral Manoeuvres in the Dark - iluminaban las sombras de la new wave primero con "So In Love" del álbum Crush (1985) y luego con la exquisita "If You Leave" (1986).



De las cenizas de Joy Division, los chicos de New Order fueron los embajadores del sonido technopop de los ´80 con temas como "Bizarre Love Triangle" y "True Faith" pero es hacia el final de la década cuando convierten a Manchester en la capital de la dance culture con la flamante "Blue Monday".



Siempre en Inglaterra, otra banda de synth pop llamada Talk Talk logra con el melódico "It's my life" (1984), dar vida a un himno - tal como lo hiciera antes Gloria Gaynor con "I will survive"- de toda una generación: "es mi vida / no te olvides / es mi vida / nunca acaba".



Otras grandiosas canciones de los '80 se originaron en notables bandas sonoras como es el caso de la inolvidable "Lady, Lady, Lady" de Joe Esposito del film "Flashdance" (1983). Esta canción y la película representan el triunfo del amor y de un sueño alcanzado en la gran ciudad - dominada por unas desaparecidas Torres Gemelas- después de interminables recorridos por el puente de Brooklyn y las calles de Manhattan.


Y a propósito de las baladas - que vuelvan los lentos dijo alguien por ahí -, algo insospechado ocurrió cuando hace poco descubrí - en una vieja cinta vhs - un temazo del legendario Rod Stewart llamado "My heart can't tell you know".



Esta es sin duda una de las más grandiosas rock balads americanas de todos los tiempos : "No importa como intente convencerme / Esta vez no perderé el control / Al ver tus tristes ojos azules / Y de repente mi corazón no puede decirte que no." Una canción para escuchar, cantar y recordar mil veces.

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