martes, 7 de septiembre de 2010

La explosión de Jon Spencer


Conocí la música de Jon Spencer a mediados de los '90 - como en muchos otros casos - en el programa Nación Alternativa de MTV con algunos videos de su proyecto Boss Hog junto a Cristina Martinez. Lo que yo no sabía por entonces es que había comenzado sus pasos musicales a través de una banda formada en New York llamada Pussy Galore y que luego había fundado también la Jon Spencer Blues Explosion.

Poco tiempo después, con el primitivo y salvaje álbum Now I Got Worry (1996) bajo la Blues Explosion me volví adicto a su sonido. Con una actitud 100% rockabilly y una enorme dosis de locura e intensidad, el disco es la esencia del rock por el rock. Su tercer corte "Wail" libra una energía que recorre cada fibra del cuerpo, una sinapsis que no deja neurona indiferente. "2 Kindsa Love" no queda atrás y es la catarsis al final de un día grandioso, un éxtasis que no se consume nunca.


Con Now I Got Worry vino el descubrimiento de su anterior disco Orange (1994) con temazos como "Bellbottoms", pero fue con el posterior Acme (1998) y su single "Talk about the Blues" que la fusión del rock de Jon Spencer con el scratching de Dan The Automator - sumado a las imágenes de su genial video con Winona Rider - me hacían comprender que antes de ello lo que había escuchado de Jon Spencer sólo era un aperitivo. Ese híbrido, que era todo y nada a la vez, me mostraba al verdadero animal del rock. Las posibilidades desde entonces eran infinitas.




Después de dos álbumes discretos, Plastic Flag (2002) y Damage (2004), Jon Spencer arma un dúo con Matt Verta-Ray bajo el nombre de Heavy Trash. Si con la Blues Explosion era el maestro de ceremonias, con Heavy Trash es la reencarnación natural de los antiguos rockers, el espíritu de la vieja escuela. La alucinante experiencia en vivo con esta última banda no hace más que convencerme que Elvis está vivo y encarnado en el alma de Jon Spencer.

Si las canciones del desaparecido Jeff Buckley son un manifiesto a la intimidad y a las cosas que desgarran, en la vereda opuesta está el sucio Jon Spencer con su inagotable carga de 220 voltios que sigue rompiendo el establishment. Un motor que inyecta rock'n'roll, blues, country y punk a todo lo que encuentra a su paso. Su música es la interminable celebración del rock y de la energía que nos mantiene vivos.

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