sábado, 31 de enero de 2009

Murakami Blues

Llegué a la literatura del japonés Haruki Murakami por la curiosidad que me producía un título como "Kafka en la Orilla" (2006), novela de la cual había leído variadas críticas en distintos medios - como también de "Sauce Ciego, Mujer Dormida" y "Al sur de la Frontera, al oeste del Sol" - . Pero no fue esa novela la que finalmente me sumergería en el universo de Murakami, sino sería otra novela con un título igual de cautivador: "Tokio Blues". La novela (publicada originalmente en 1987 y editada en español el 2005) narra en primera persona los hechos que acontecieron en la juventud de Toru Watanabe, recuerdos que son gatillados 20 años después al escuchar "Norwegian Wood" de The Beatles mientras aterriza en un aeropuerto europeo. Es así que a través del extraordinario relato aparecen sus amigos de la universidad, sus amores (Naoko , Midori) amantes y amigas que con el paso del tiempo lo van convirtiendo en un hombre.

"Tokio Blues" es eso, un blues escrito en forma preciosista, una poesía a ratos divertida, a ratos desoladora, a ratos extremista - como en su forma de narrar los encuentros sexuales con sus amantes - , y muchas veces melancólica, como la Estambul de Orham Pamuk. Lo que Murakami escribe en sus páginas es puro realismo, realismo occidental en plena Asia bañado de referencias pop - The Beatles, Rolling Stones, Bob Dylan, The Beach Boys, el cine de Mike Nichols con "El Graduado" - y también muy bop - el jazz de Coltrane, Parker o Miles Davis - como "En el Camino" de Jack Kerouac. A propósito de sus influencias, Murakami, que tenía un club de Jazz y también es fan de la literatura norteamericana dice " Me gusta la cultura pop - Rolling Stones, The Doors, David Lynch -. Me gustan las películas de terror, Stephen King, Raymond Chandler, las historias de detectives".

La forma detallista en que Murakami describe todo - gestos, movimientos, sentimientos y lugares - parece no dejar nada a la imaginación, porque todo esta aquí a la vista: "Me acordé de Naoko en aquella mañana de lluvia, con el chubasquero amarillo limpiando el gallinero y acarreando el saco de grano. Recordaba al pastel de cumpleaños medio deshecho y el tacto de mi camisa empapada por las lágrimas de Naoko. Sí, aquella noche también llovía. Era invierno, Naoko caminaba a mi lado con aquel abrigo de piel de camello...". Son estos pasajes y los episodios íntimos de la novela que parecen estar retratados a la perfección en el cine asiático de Wong Kar Wai o en las imágenes de la estremecedora
"Lust,Caution" de Ang Lee.

Para Murakami, "Tokio Blues" fue un experimento: "No tengo interés en escribir novelas largas con estilo realista, pero decidí que, aunque sólo fuera una vez, iba a escribir una novela realista. Tokio Blues fue un simple experimento. Personalmente me gusta esa novela, pero no he vuelto a leerla desde hace casi 20 años". Este "experimento" para mí - y no tengo dudas que también para el resto de los lectores - se ha transformado en una extraordinaria experiencia literaria. Quedo a la espera de que ahora se repita con "After Dark".

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